Sin comentarios, o muy pocos

Hace ya varias decenas de años había unas papeleras en las calles de Checa con un texto que rezaba: «Un pueblo limpio es un pueblo vivo». Lo cierto es que da gusto pasear por sus calles.

En Alustante, por más que se intenta, resulta imposible convencer a unos pocos de que cambien sus conductas medievales en favor de una cada vez más amplia mayoría que desea tener un pueblo limpio.

Ahora que llega el buen tiempo, darían ganas de llenar de tiestos las fuentes, las calles y las plazas, pero el Depredador, que no es ni siquiera capaz de encestar de tiro libre, pronto acabaría con ellos. Estamos seguros, sin embargo, de que algún día, en un futuro, también el nuestro será un pueblo vivo.