Se ubica en el camino de Orihuela y data de 1718. Si la ermita de Cirujeda estaba a cargo de la iglesia y las de San Sebastián y San Roque a cargo del concejo, la ermita del Pilar se trataba de un oratorio privado, como así se señala todavía en el Diccionario de Pascual Madoz en 1849. En la actualidad es propiedad del Obispado de Sigüenza.
En su portada aparece una breve inscripción:
A DEVOCION DE PEDRO/
DE LAHOZ Y MALO, Y DE SU MANO/
AÑO 1718.
Este Pedro de Lahoz aparece en 1733 como mayordomo del concejo y en el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752) como comerciante de lanas al servicio de los Franco y Piqueras, de Orihuela. Su Padre, Juan de Lahoz Fernández, fue uno de los grandes ganaderos de Alustante de quien, seguramente, recibieron nombre las eras de Juan de Lahoz, en cuyo extremo sur precisamente se ubicaba la ermita. Esta adscripción de la ermita del Pilar a la casa grande de Lahoz, se manifestaba, según una tradición mantenida en el pueblo, en un paseo arbolado que unía a ambas y que, desde luego, desapareció al construirse la línea de casas delanteras a la casa en el siglo XIX.
La ermita pertenece a una tipología de ermita de planta centralizada, cuadrada y de volumen cúbico, que se extendió por toda la comarca de Molina. De pequeñas dimensiones, conserva cubierta de madera a cuatro aguas y un interesante retablo barroco. La portada, como suele ser habitual en estas ermitas, se basa en arco de medio punto, en este caso con el escueto emblema del Pilar tallado en la clave, mientras que las puertas de madera poseen dos ventanucos que permiten el culto y la oración a la imagen interior.