Aunque oficialmente seguirá apareciendo en los mapas, el río que nace en Orihuela, al menos en superficie, ha dejado de alimentar el curso del río Gallo. Es un fenómeno geológico que, casualmente, nos ha tocado conocer en nuestro tiempo. ¿Es algo temporal o definitivo?
Desde hace unos años han ido apareciendo profundas simas en el curso histórico del río, hasta que hará cosa de unos seis o siete años, justo donde se juntan el Gallo y el Royo de Alustante, se han abierto unos profundos pozos que se tragan el curso de ambas corrientes de agua.
Esto se ha podido comprobar en estos días, posiblemente en una de las riadas más copiosas de los últimos años; en ningún momento ha pasado el agua más allá de las simas y, por lo tanto ya no baja a Molina, algo que se ha notado a su paso por la capital del Señorío.
El juego de palabras que sirve de título a esta noticia se debe a que el río Gallo se llamó en el pasado río de Molina, y en el siglo XVII se reconocía que el nombre de río Gallo era relativamente reciente. De hecho hasta el siglo XVIII figuró en los mapas con su nombre original.
Lo que no está claro es si el curso alto se llamó río de Molina o se conoció anteriormente ya como Gallo. De hecho el emblema concejil de Orihuela era el gallo ya en 1699, posiblemente desde hacía tiempo.