Debido a la coincidencia en pocos días de la festividad del Pilar y el Día de la Comunidad Valenciana (9 de octubre), el pueblo se ha vuelto a llenar de gente y, lo que es más importante, se ha vuelto a reunir en las tradicionales «sartenes».
La costumbre cosiste en la preparación y degustación de un sabroso guiso de patatas con conejo y setas, a las que, celebradas en el frontón municipal el sábado pasado, asistieron este año unas 150 personas.
En esta actividad también se estrenó la nueva Comisión de Fiestas con la celebración de un sorteo para comenzar a recaudar dinero para las fiestas patronales de 2023. Por la noche hubo cena de bocadillos y discomóvil hasta altas horas de la madrugada.
Este extraño puente -que no ha sido tal para la mayoría- se ha cerrado con la celebración de la festividad del Pilar y la tradicional misa en honor a esta advocación mariana, que en Alustante se remonta a principios del siglo XVIII.
Efectivamente, fue en 1718, apenas terminada la Guerra de Sucesión que tanto impactó en el Señorío de Molina, cuando se construyó la ermita en honor de la Virgen del Pilar, apenas unas décadas después de que se declarara, por las Cortes de aquel reino, patrona de Aragón (1678), por lo que debió de ser una de las primeras manifestaciones pilaristas a esta parte de la Raya.