La fiesta de San Antón volvió a convocar a todos los vecinos, amigos e hijos de Alustante en torno a la hoguera y a los actos que conlleva la fiesta.
Es difícil hacer números sobre las personas que pudimos juntarnos en la tarde del sábado pasado, pero a modo de estimación, se frieron 300 huevos (menos una docena). Al mismo tiempo, los bares estaban repletos de clientela.
Es importante mantener estas fiestas fuera de los tiempos pues unen y nos recuerdan que el pueblo también se esfuerza por sobrevivir a lo largo de todo el año. Más fotos aquí.